La
isla Mancarrón es la mayor de las islas del archipiélago de Solentiname,
situado en el sudeste del lago Cocibolca.
Solentiname significa “lugar de muchos huéspedes”, un archipiélago
formado por 36 islas: Mancarrón, Mancarroncito, San Fernando, La Venada, Isla
Zapote…
Antes de llegar a Mancarrón, cuyo punto de salida es
San Carlos, merece la pena detenernos en San Fernando para visitar y conversar con los
pintores primitivistas. O hacer una parada en la Isla Zapote, también llamada “isla de los
pájaros” porque allí cada año anidan miles de aves migratorias.
Éstas son las únicas habitantes de la isla, junto con un guarda local para su
mantenimiento y preservación natural.
Nos encontramos en el marco del Río San Juan, lugar
que concentra una parte muy importante de la historia mítica de la formación de
toda Centroamérica y, especialmente, de la nacionalidad nicaragüense.
Toda una serie de hechos, desde la conquista de
América hasta la búsqueda del “Desaguadero de la Mar Dulce” por el mar Caribe,
la creación de la ruta comercial a Europa, las fascinantes e innumerables
historias de piratas (Morgan, Jackman, Dampiere …), la permanente idea de la
comunicación entre la costa del Atlántico y del Pacífico , la Ruta del Tránsito,
los consiguientes proyectos “canaleros” de la zona y, sobre todo, su gran
belleza natural, hacen del Río San Juan una experiencia especial y única.
Este lugar también constituye un importante enclave
de producción agrícola, pecuaria y pesca para toda Nicaragua. Aquí se
producen frijol, cacao, arroz… La
producción es diversificada en todos los sentidos: horizontal y vertical.
Diversas variedades productivas en las que participan productores y
productoras.
En la Isla de Mancarrón se estableció una importante
comunidad local basada en la Teología de la Liberación, como muchos
recordaremos, liderada por Ernesto Cardenal. La Misa Campesina
Nicaragüense de Carlos
Mejía Godoy nació aquí. En este contexto se organizaron diversas
actividades para la mejora de la vida en la isla como son la artesanía, la
pintura primitivista al óleo y la pesca.
El
archipiélago Solentiname fue el solar de una cultura precolombina de la que aún
pueden observarse una gran cantidad de petroglifos, con figuras de pájaros,
monos o personas.
En Mancarrón puedes visitar su museo, iglesia, colegio,
biblioteca y conocer a los muchos artistas que allí viven y trabajan. Una
comunidad que trabaja la madera de balsa y que contribuyen a la conservación de
su entorno natural.
El amor por la artesanía es una actividad compartida por
toda la familia. Es fácil observar cómo se realiza el reparto de tareas entre
los más jóvenes y los mayores y cómo se transmite este conocimiento entre
generaciones.
La estancia en Mancarrón te permitirá adentrarte en el Río Papaturro y llegar a Los Guatusos, primer
humedal declarado en Nicaragua con la categoría “Ramsar”. Una superficie de 430
km cuadrados que contiene lagunas, humedales, bosques secos, y húmedos con gran
combinación de especies: árboles, orquídeas, monos, cocodrilos, tortugas,
tucanes, iguanas, jaguares, etc. Alberga más variedades de aves que toda Europa
y es una zona de paso vital para las especies que cruzan América de Norte a
Sur.
En tu estancia en Mancarrón podrás alojarte en unas
estupendas y cómodas cabañas de madera, muy bien equipadas y diseñadas y
perfectamente integradas en su hábitat. Alguna de ellas hasta permite tomar una
ducha dentro del propio entorno natural.
La visita a Solentiname no te dejará indiferente y
encontrarás en Mancarrón una atmósfera de tranquilidad y relajación sólo
interrumpida por el sonido de los pájaros en la mañana.