En mi estancia en el Salvador he recorrido el
itinerario que va del Bajo Lempa a la Bahía de Jiquilisco de la mano de Vinicio
Monterroza y José Ricardo Gómez Ayala, dos jóvenes técnicos agrícolas que
trabajan en las comunidades en la recuperación de las semillas criollas del maíz
en un proyecto de REDES.
Empezamos el viaje en la Vega Baja del Lempa es
una zona fértil pero que sufre de las inundaciones por las crecidas del río. En
su vega crece el neem, el maíz, la caña de azúcar, los productos de huerta y el
marañón, también llamado anacardo, cuyo fruto puede ser rojo o amarillo. La
caña de azúcar se procesa para conseguir el azúcar en los trapiches
comunitarios.
Llegamos una larga playa del Pacífico, una barra
de tierra que aísla la Bahía de Jiquilisco del océano, donde los manglares dan
alimento a las conchas y al camarón que los mariscadores recolectan y que se
pueden degustar en restaurantes de la zona.
Este ecosistema también alberga gran cantidad de
aves y tortugas como la tortuga carey, que representa aproximadamente 40% de la
anidación de la especie en todo el Pacífico Oriental.
La tortuga carey, actualmente, se encuentra en
peligro de extinción en El Salvador y forma parte de la lista roja de la Unión
Mundial para la Conservación (UICN) así como de la lista de especies en peligro
de extinción de CITES.
En muy pocos kilómetros se puede disfrutar de un
entorno con una gran biodiversidad, que ha permitido el asentamiento de
comunidades y la puesta en marcha de proyectos de mejora de los recursos
naturales.
Es por ello que recomiendo hacer este trayecto
acompañado por personas que conozcan el lugar, lo respeten y trabajen por su
desarrollo.
Norberto Ortega Gómez
Vinicio, José y Zulma, mis guías en el viaje
Marañón amarillo
Marañón rojo
Trapiche (procesado de la caña de azúcar)
Playa del Pacífico
Bahía de Jiquilisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario